viernes, 11 de diciembre de 2009

ENRIQUE ESTÁ SOLO, PERO...POR DESGRACIA NO ES EL ÚNICO

Buenos días a todos, he decido escoger el articulo publicado en LA OPINION DE MÁLAGA el día 26/02/2009, para comentarlo por varias razones entre las que se encuentra su vocabulario, fácil, enteligible y cercano al ciudadano de clase de media, al que como a mi, en muchas ocasiones nos cuesta entender las noticias publicadas en los periódicos. Al contrario que "OTRO MUNDO", el cual he necesitado leer dos veces para poder estructurar en mi cabeza exactamente lo que queria decir.
Por otra parte, el articulo elegido trata el tema de los sentimientos, y como bien explica cada vez estan más olvidados en la sociedad en la que vivimos, en la que cada uno mira sus propios intereses y beneficios, olvidandonos de las personas que tenemos cerca y más aun si su edad supera los 60, cuando empiezan a parecernos inutiles e inservibles, sin tener en cuenta que mucho de lo que tenemos hoy es gracias a ellos.
Posiblemente, poder expresar mi opinion sobre esto, es lo que ha hecho que no tubiese ninguna duda a la hora de seleccionar el articulo a comentar.
Hace ya algunos años, cuando empecé a trabajar en la calle (y no me entiendan mal, señores...)una noche fria de Diciembre, encontramos a un hombre de unos 70 años, sentado en una esquina de calle La Union,con los pantalones rotos, zapatillas de andar por casa y un pobre jersey. Serían las 3 de la mañana y el frio apretaba, tanto que yo no pude volver a entrar en calor en toda la noche tras el rato que pasamos hablando con aquel buen hombre, y eso que llevaba buen abrigo, botas y guantes.
Aque hombre que nunca olvidaré, habia salido de casa a las 4 de la tarde, mas o menos y en aquel momento, no recordaba donde vivía o tal vez es que no había salido de casa y ni tan siquiera la tenía.
Con todos los servicios sociales,de los que presumimos en el estado de bienestar en el que nos encontramos, la única solución que pudimos darle a aquel buen hombre fue la de llevarle al Hospital Civil, a donde una enfermera amable accedió a dejarle pasar alli la noche y ofrecerle un plato de sopa caliente.
Aquella mañana regresé a casa planteadome muchas cosas que hasta aquel momento ni siquiera creía que existieran y viendo lo injusta y dura que puede llegar a ser la vida.
Si no hacemos algo hoy con las generaciones que vienen, tal vez mañana seamos uno de nosotros los que nos encontremos en esta situación.

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